
REFLEJO DEL ALMA… MANOS
Dicen que los ojos son el reflejo del alma. Para mí, también lo son las manos.
Viéndolas, puedo imaginar una vida de trabajo. Manos laboriosas con la huella del tiempo, con el color de la raza.
Manos con experiencia y sabiduría. ¡Cuántos saludos! Cuántas cartas con historia escritas a la familia del pueblo o de la Isla que lo vio partir…
Éstas, son las manos de un hombre croata… manos fuertes, grandes e imponentes, capaces de asombrar con su inolvidable castradina o acoger con delicadeza a quien llega, al recién nacido. Dos vidas, dos historias: una que comienza y otra que… nunca se olvidará.
Y esta mano que recibe al que nace, puede ser especial o simplemente magnífica si descubrimos que es la mano de nuestro querido e inolvidable Dusan!, dando la bienvenida a Tomás Pedro Bradasic Goic, hijo de Josko Bradasic Álvarez y Alejandra Goic Segaric.
Gracias Dusan Mihovilovic Ostoja, por regalarnos tu vida, tu generosidad, tu ternura, ¡y ese gran sentido del humor!
Gracias por regalarnos tus manos que, a través de esta imagen y sin haber sospechado, hoy compartimos como un testimonio del profundo valor de aquellos que como tú, dejaron una huella indeleble en nuestros corazones.
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